El “imputado” era el actor Martín Seefeld, que estaba acusado por el delito de daños. La audiencia se hizo como parte de un programa que el Consejo de la Magistratura porteño desarrollará en las comunas.
Esa delgada línea que divide ficción de realidad, no siempre tangible, marcó la tarde del miércoles el primer ensayo de juicio por jurados en las Comunas de la Ciudad. Un sistema que ya se usa en Provincia. El debut porteño se dio en la sede del distrito 13 (Núñez, Belgrano y Colegiales), sobre Cabildo al 3000, a sala llena. Allí, entre los flashes y el cuchicheo del costado más teatralizado del proceso, 12 vecinos comunes ejecutaron un acto extraordinario: fueron parte activa de la Justicia y decidieron cómo impartirla.
El programa, dependiente del Consejo de la Magistratura porteño, recorrerá las comunas fomentando la participación e involucramiento ciudadana en los procesos legales.
“Los juicios por jurado no son sólo un mecanismo para agilizar la justicia, sino que es una forma de transparentar las decisiones judiciales, ahora que está todo tan cuestionado. Eso es importante porque de esta forma el ciudadano se siente parte, y a eso se quiere llegar con estos ensayos”, detalla Silvia Bianco, presidenta de la Comisión de Fortalecimiento y Planificación Estratégica del Consejo.
Para participar, hubo que anotarse a través de la web del Poder Judicial porteño, y cumplir ciertos requisitos como ser argentino y mayor de edad, saber leer y escribir, y tener domicilio en la Ciudad. Además, quedaban excluidos todos aquellos que ejerzan cargos públicos, los abogados, escribanos y procuradores en ejercicio, y los estudiantes de derecho, que ocuparon la mitad del auditorio como observadores.
“Me pregunte: ¿Qué pasaría si el día de mañana uno es imputado injustamente? Nuestra historia está plagada de casos donde inocentes van presos y hay culpables que están libres, y algún día tiene que cambiar. Entonces, quiero tener el ejercicio de poder dar una opinión bien fundada, por eso me anoté”, dice Alejandro Herrera, comerciante, vecino de Devoto y presidente electo del jurado lego.
Cuando la convocatoria cerró el viernes pasado, había más de 300 inscriptos. No obstante, aunque ya fuera de concurso, la iniciativa explotó durante el fin de semana cuando otros 500 se sumaron como aspirantes.
“Tiene que existir un debate social al respecto, tienen que venir una señora que venda ropa, un carnicero y una maestra jardinera a escuchar y sin tener un preconcepto. Simplemente discernir, que si no hay un elemento que pruebe con contundencia que un ciudadano cometió un acto considerado delito, no se lo puede mandar preso”, refuerza Herrera.
Entre los centenares de anotados se realizó un sorteo, y de allí surgieron los 12 miembros que el miércoles “juzgaron” a un imputado por el delito de daño. El caso estaba basado sobre uno real. La jueza que se puso al frente, Susana Parada, es una magistrada en funciones. Y los fiscales y la defensa estuvieron representados por alumnos de la carrera de Derecho de las Universidades de Belgrano y Di Tella.
El acusado, en cambio, estuvo interpretado por el actor Martín Seefeld, al igual que los testigos que tampoco eran los reales. Un condimento bien logrado para llamar la atención del público, tanto que por momentos hasta algún miembro del jurado se olvidó de su condición, y se lanzó a la caza de imágenes con su teléfono celular.
“Si bien esto es un ensayo, es bastante aproximado a la realidad de lo que es un juicio por jurados. Y también cumple una función educativa, para que la gente tome conciencia de que hay que involucrarse, porque es muy fácil hablar y criticar desde afuera. Ellos de esta experiencia se van con una visión muy distinta a la que trajeron”, expresa Parada, jueza en lo Penal, Contravencional y de Faltas.
Durante las poco más de dos horas que duró la audiencia, hubo alegatos de apertura y cierre de ambas partes, se presentaron pruebas y se llamó a declarar a testigos. Incluso quiso exponer su versión el propio acusado, a quien se responsabilizaba de destruir a piedrazos el auto de una vecina, que lo dejó mal estacionado obstruyendo la puerta de su garaje.
Luego de un brevísimo debate, los 12 “jueces de los hechos”, como se los señaló durante la instrucción, dieron su veredicto de “no culpable” para el imputado, avalado por 10 votos sobre dos. Interpretaron que las pruebas no eran contundentes, y que nada de lo expuesto relacionaba directamente al hombre con el acto.
Fin del cuento, pero principio de una iniciativa que va por un objetivo mucho más ambicioso.
“El juicio por jurados es una institución democrática y constitucional, tanto en la Constitución Nacional como en la de la Ciudad de Buenos Aires, donde la hemos adoptado, y está activa en muchos lugares del país. Nosotros buscamos divulgar esta institución, para que en algún momento se lleve adelante la puesta en marcha real de este mecanismo”, apunta Alejandro Fernández, vicepresidente del Consejo de la Magistratura.